Hasta ahora estábamos convencidos de que eso de "es tan rico que da asco" era sólo una forma de hablar, pero después de ver el vídeo promocional del Audi A8 L empezamos a preguntarnos si el dinero no será causa de graves alergias además de penas y alegrías. Es que empezamos a notar como un sarpullido en la espalda de lo más desagradable. ¿Será por su reposapiés motorizado? ¿O por esos asientos masajeadores que parecen acolchados con billetes de 500 euros? Al paso que vamos nunca lo sabremos...
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