domingo, 29 de agosto de 2010

El indomable Toyota Tacoma de 1.000 CV que subió Pikes Peak


Toyota Tacoma Pike's Peak Car - Test run




La Pikes Peak International Hill Climb es sin duda la carrera de ascenso más apasionante del mundo. Casi 1.500 metros de desnivel, 20 kilómetros sobre asfalto y tierra, barrancos cortados a cuchillo y una meta a más de 4.000 metros de altura. Se lleva celebrando desde principios del Siglo XX, y a día de hoy se divide por categorías. La categoría Unlimited es donde compiten todos los prototipos, coches construidos con el sólo propósito de ser cada vez más rápidos en la ascensión estadounidense.

Ya que no hay reglas, es normal que se creen monstruos como el Toyota Tacoma Pikes Peak. Fue fabricado por Rod Millen – el padre de Rhys Millen, famoso corredor – en Nueva Zelanda, para competir en Pikes Peak en 1998. Aunque Millen estaba patrocinado por Toyota y el superdeportivo de la gravilla llevaba el nombre del Tacoma, no tenía nada que ver con la pick-up mediana que se vendía en EEUU. De hecho, su único vínculo es el nombre y carrocería de fibra de carbono que imita algunas formas.

La construcción del Tacoma Pikes Peak empleó un chasis tubular ligero, construido en una aleación de cromo y molibdeno. En posición central se montóo el motor, un impresionante 2.1 de cuatro cilindros. ¿Impresionante? Con la ayuda de un gigantesco turbocompresor alcanza una potencia cercana a los 1.000 CV. Sólo sabiendo que el peso del conjunto era de sólamente 831 kg, obtenemos una relación peso potencia similar a la de un Fórmula 1 y aún más ventajosa que la de motos superdeportivas.

El motor mandaba la potencia a las cuatro ruedas a través de un sistema de tracción total permanente, acoplado a una caja de cambios manual de cinco relaciones. No es que esta combinación sea especial, pero el detalle está en los desarrollos de la caja de cambios. En quinta velocidad, el desarrollo permite una velocidad máxima de sólo 211 km/h. Para que os hagáis a la idea de las brutales prestaciones de esta máquina, los 200 km/h los alcanzaba en sólamente 4.5 segundos.

Los 96 km/h por su parte, caían en 1.6 segundos. Sí, 1.6 segundos. Estos desarrollos se combinaban con la fuerza del propulsor – necesariamente turbo para perder poca potencia al ganar altitud – para poder ascender Pikes Peak lo más rápido posible. Pero no sólo de motor vivía el Tacoma, su carrocería era muy aerodinámica y baja – 1.168 mm – y prácticamente rozaba el suelo. Los frenos eran unos Brembo ventilados y la suspensión estaba firmada por Ohlins. Los neumáticos empleados, mixtos asfalto-tierra.

Rod Millen comenzó su andadura en los rallyes durante los años 70, y en 1994 ascendió a Pikes Peak en 10 minutos y 4 segundos con un Toyota Celica especialmente preparado. Como sabéis, su récord fue arrebatado por el japonés Nobuhiro Tajima, que volvió a batir su propio tiempo en 2007. Sin embargo, hay un detalle que no se menciona, y es que algunas partes del circuito fueron asfaltadas en 1999, dando ventaja al japonés. Sea como fuere, la hazaña de Millen en el año 1994 es muy recordada.

Por desgracia no he podido encontrar el tiempo que Rod Millen consiguió con su Tacoma en 1998, pero si no se puede encontrar es de esperar que no haya sido ningún récord. En cualquier caso, os dejamos con un par de vídeos del coche en acción. Especial atención merece el segundo, grabado en el Goodwood Festival of Speed de 2007. Aparte de un calado y mezcla rica de gasolina-aire, Millen lo da todo, y podemos apreciar que prácticamente se lleva por delante al Bowler Nemesis que hacía de coche de seguridad.

Puede que alguien le dijese que no era una carrera, pero de haberle hecho caso no hubiéramos podido apreciar el carácter indomable del Tacoma, cómo se le intenta marchar en cada curva y el brutal empuje del turbocompresor. Ah, y subid el volumen, merece la pena despertar a alguien de la siesta con esto.

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