lunes, 18 de mayo de 2009

El diferencial autoblocante, ese pequeño gran desconocido



A pesar de que la mayoría de la gente nunca ha oído hablar de él, éste dispositivo es vital para el correcto funcionamiento de los automóviles.

Cuando damos una curva, la rueda que circula por el interior recorre menos camino que la del exterior, así que la velocidad de giro de las ruedas será diferente y el coche perdería el control.

De esta forma, la misión del diferencial es repartir el par entre las dos ruedas de un eje, de forma que no se produzca patinamiento.

Aunque esto provoca un serio inconveniente, y es que cuando una de las ruedas pierde tracción (porque pasa sobre una superficie deslizante, o porque se separa del suelo), el diferencial le da a esa rueda todo el par, y nada a la otra.

Este problema se resuelve con el diferencial autoblocante, que permite el efecto diferencial hasta un punto fijo predeterminado, de manera que una rueda nunca va a tener todo el par.



Hay varios tipos de diferenciales:

Mecánicos de tipo muelle, son los más sencillos, funcionan mediante un mecanismo accionado por un muelle.

Mecánico de tipo Ferguson, funciona mediante un fluido viscoso situado entre los dos engranajes, que se vuelve más viscoso cuando hay gran diferencia de giro entre ellos y los obliga a girar solidarios.

Mecánico tipo Torsen: se emplea mucho automóviles de altas prestaciones y de carrera, funciona mediante discos helicoidales engranados entre sí. Es útil porque aumenta la tracción del coche.

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