Durante el certamen Heaven and Rides celebrado en Holanda hubo una disputa muy peculiar, y es que cuando juntas a tres deportivos de tan altísimo nivel, sólo pueden pasar estas cosas.
El protagonista principal es un Mercedes SLS AMG Gullwing, que al llegar a la altura de un Ferrari Testarossa comienzan a revolucionar los propulsores para comprobar cuál se lleva la palma, dando como resultado el espectáculo que tienes en pantalla.
Después de ambos pasó un BMW M5 de actual generación que no dudó en sumarse a la lista y hacer de las suyas, recordándonos que aunque sea una berlina capaz de hacer viajes de gran comodidad bajo el capó esconde un propulsor V10 tremendamente rápido y muy sonoro. El vídeo, después del salto.
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