Recientemente el jefazo de McLaren, Ron Dennis, ha comentado su “particular opinión” del Bugatti Veyron. Dijo textualmente: “No es más que un cerdo feo, el Veyron no me dice nada. Le he estado mirado durante años y no le veo una sola cosa que me haga sentir bien”. Y añadió: “Es un montón de chatarra”.
No es casual el momento en que se dice esto, pues la vida comercial del McLaren MP4-12C comienza este año, es una forma de hacer publicidad no constructiva de un rival. Y hablando de un antepasado, defendió al McLaren F1 por cierto episodio de Top Gear. En su opinión, el resultado es falso.
Cree que el F1 es el ganador del duelo, y que las diferencias se debieron únicamente a los conductores. Esto será más o menos discutible, pero me parece excesivamente arrogante llamar al coche del millón de euros, 16 cilindros, 1.001 CV… un simple montón de chatarra. Como para fiarse de su objetividad.
La objetividad y la subjetividad no tienen por qué coincidir. ¿Es Dennis un soberbio? En 2008 le dejó su mujer, luego el piloto de Fórmula 1 Fernando Alonso, después la marca Mercedes-Benz… como mínimo es un hombre con un genio que hay que entender.
No me parece la mejor forma de publicitar un producto diciendo que el rival es peor, lo que te hace convencer, es transmitir que el tuyo es mejor. A bote pronto se me hace extraño que Top Gear ponga a un coche del grupo VAG por delante de una leyenda del automovilismo inglés, no me cuadra.
Por otro lado, el Bugatti Veyron y el McLaren MP4-12C no compiten en la misma liga, ni por precio, ni por potencia, ni por clientela, etc. Más bien le tenemos que enfrentar con el Ferrari 458 Italia. ¿Nos parecería bien que dijese que el italiano es un coche para macarras o pintado en colores horteras? Pues eso…
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