domingo, 25 de abril de 2010
Pony Wars: el Hennessey Camaro HPE650 le de candelita de la buena a sus rivales
Vamos a ponernos en situación. Domingo por la mañana, café recién hecho y más de 1.700 CV de potencia americana en un vídeo. Poco más se puede pedir para despedir una semana. ¿O no? Bueno, supongo que los seguidores de Chevrolet querrían alguna alegría en esto de las Pony Wars.
Pues van a tenerla. Porque eso es lo bueno de esta guerra tan peculiar. Un día gana tu equipo y al siguiente le dan palos por cualquier sitio. Si en la anterior comparativa Motor Trend ponía frente a frente a los tres V8 estrictamente de serie, ahora le toca el turno a los modificados.
Por un lado tenemos al Hennessey Camaro HPE650, que no es la creación más bestia del Hennessey Performance. Por otro lado, otro yankee con malas pulgas, el 2010 Shelby Mustang GT500 Super Snake y por último, como novedad en el trío, el SpeedFactory Challenger SRT8. En total, más de 1.700 CV, aunque mal repartidos, todo hay que decirlo.
Digo mal repartidos porque mientras que el Hennessey Camaro HPE650 da en el banco de potencia 620 CV y el Shelby GT500 Super Snake supera en un par de decenas esta cifra, 643 CV, el SpeedFactory Challenger SRT8 da solamente 460 CV, lo que le coloca en clara desventaja ante sus rivales. Clarísima desventaja.
Pero es que con las cifras de par sucede exactamente lo mismo. Es de esperar, si la potencia es más baja el par ha de serlo sí o sí. Pero es que estas diferencias aún son más grandes: 804 Nm, 787 Nm y 581 Nm respectivamente. Creo que queda más que claro quien no va a ganar.
Entonces solo nos quedan dos contendientes reales para esta pugna y vemos como las versiones de serie no son equiparables a lo que se pueda hacer con productos aftermarket. En la anterior comparativa, el Dodge Challenger SRT8 quedaba en un meritorio segundo puesto. Ahora no llega ni queriendo.
Reducida la equiación a sólo dos factores, el claro vencedor y por goleada es el Hennessey Camaro HPE650. A pesar de la diferencia de potencias (23 CV), la suspensión trasera independiente, la insuperable tracción de sus ruedas y en definitiva, un trabajo bien realizado y equilibrado, le dan la victoria aplastantemente.
Es curioso, porque no hace mucho vimos como en la comparativa de Inside Line, los hermanos pequeños de estos dos también se enzarzaban en su lucha propia y el ganador, aunque no por goleada, era el 2010 Shelby Mustang GT500.
Pero claro, no todo el monte es orégano. Para vencer en una comparativa como ésta no vale con meter potencia a lo bruto. Hay que buscar el equilibrio entre todos los aspectos del coche y en ese punto es donde flaquea el 2010 Shelby GT500 Super Snake. La potencia sin control no sirve de nada.
Falla en casi todo. Solo hay que ver su capacidad para mantener la tracción en las ruedas en el 0 a 100 km/h. Incluso después de meter segunda sigue derrapando y eso son décimas valiosísimas en un espacio de tiempo tan corto como pueden ser 4 ó 5 segundos.
Es más, me aventuraría a decir que si no fuese porque la preparación de SpeedFactory está tan lejos en términos de potencia y par con respecto al Super Snake, se lo habría puesto muy difícil para conservar la segunda plaza en esta comparativa. A ver si con esto Shelby Automobiles se pone las pilas para el MY 2011, que seguro que lo habrá.
Aunque debo decir que en esta comparativa el SpeedFactory Challenger SRT8 se lleva, en lo que creo mi más humilde opinión, un premio de consolación. En la prueba del banco de potencia, el sonido que emiten sus escapes es el más bonito de los tres. El que más conserva la esencia de un V8 americano. Ronco y poderso.
Para rematar la faena, un último vídeo. De la misma sesión, pero los tres a la vez haciendo el ¼ de milla. Aquí es donde vemos las diferencias entre cada uno en apenas 13 segundos. El Hennessey Camaro HPE650 está muy, pero que muy por encima de sus rivales. Está claro que no hay quien le tosa.
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