jueves, 15 de octubre de 2009

Investigadores crean una batería líquida redox al nivel de una batería de litio



No me voy a poner en plan académico, y voy a dejar un poco de lado el tema químico o de ingeniería. Vamos a explicarlo por tanto de una manera sencilla: Las baterías líquidas que funcionan por medio del proceso de reducción-oxidación (o reacción redox) podrían convertirse en una auténtica alternativa a las de iones de litio que hoy damos por sentado lanzarán el mercado de los coches eléctricos.

Como bien sabes, uno de los principales problemas de las unidades de litio es la velocidad a la que se pueden cargar. Esta problemática viene derivada de varios aspectos: En primer lugar, las instalaciones eléctricas convencionales no son capaces de aportar toda la potencia requerida para cargar las unidades rápidamente. Para seguir, una carga excesivamente rápida convierte a las baterías en una bomba potencial, y es que aunque se usen polímeros entremezclados en las células, el hecho es que se conocen casos de desgracias.

Es por ello que las baterías de litio aún tienen que dar pequeños pasos hacia adelante para poder convertirse en el pan nuestro de cada día, aunque hasta ahora, eran de lejos la mejor alternativa existente para un coche eléctrico, como nos hemos cansado de repetir y explicar aquí.

Pero hoy descubrimos que unos investigadores del Institute for Chemical Technology ICT de Pfinztal han conseguido crear una batería líquida redox capaz de competir en densidad de carga con las baterías de litio.

Lo bueno de las unidades líquidas es que una vez se descarga el electrolito de electrones, basta con sacarlo e insertar uno "fresco" lleno de nuevos electrones para que la batería vuelva a funcionar como nueva. No se sufre un desgaste por ello, y el rellenado es rápido y efectivo.

Los problemas de estos sistemas vienen de que estos electrolitos tenían una densidad energética entre cuatro y cinco veces menor que las baterías de litio, por lo que ocupaban y pesaban mucho más que las baterías favoritas, haciendo de esta una solución inviable.

El caso es que estos investigadores han conseguido un fluido capaz de solucionar estos peros, con lo que podrían tener una tecnología muy atractiva para atacar al previsible futuro monopolio del lito.

Las grandes dudas que nos quedan es saber cómo se podría procesar y reprocesar este fluido, su ecología, la capacidad de producirse y distribuirse en grandes cantidades y su coste; todos estos son aspectos tan o más importantes que la técnica en si misma, pues si no están bien resueltos, la viabilidad del proyecto quedaría estancada. Y lo que es peor, aún estando resueltos, si no hay grandes compañías que apuesten por esta técnica, podría no llegar nunca a ningún sitio, por más que tenga miles de beneficios.

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