nuevos combustibles

El coche eléctrico es el futuro. Y eso, aunque ahora lo podamos palpar, se viene diciendo desde hace décadas. Y con la experiencia de la gasolina, sabemos que tarde o temprano el litio sufrirá el mismo problema, y habrá que mirar hacia otro lado. ¿Qué combustibles son “el futuro del futuro”? La red nos ofrece en estos días tres respuestas a esa pregunta.

Primera solución: biocombustibles. En especial, las grasas procedentes de las algas marinas. Alto rendimiento, bajo coste, y es un biocombustible cuya obtención no choca con otras necesidades del planeta (como es el caso del etanol, un biocombustible derivado del maíz, que está encareciendo el precio del cereal). Se ahorraría de un 25% a un 80% de las emisiones de CO2 actuales.

Segunda solución: gases comunes. El motor de hidrógeno no sufriría un agotamiento de recursos, y en España ya tenemos una empresa que ha desarrollado el suyo propio. Ventaja principal: contaminación cero.

Tercera solución: combustibles artificiales. ¿y si en vez de extraer crudo lo sintetizamos? Pues costaría 39 céntimos el litro, no habría oscilaciones de precio, y al provenir del hidrógeno tampoco contaminaría. Además, funcionaría en los actuales motores.