miércoles, 4 de marzo de 2009

Inyección de agua en la combustión, simple y ahorradora



En la mecánica clasica de combustión es la mezcla de aire y combustible la que permite el movimiento de los pistones dentro del cilindro, lo que a su vez se traslada finalmente a un movimiento rotatorio gracias a la acción del cigüeñal. La precisa combinación de aire y el carburante es una de las bases principales para conseguir un consumo minimizado a un mismo nivel de rendimiento. En esta parte se puede jugar además añadiendo otro tipo de compuestos a la mezcla.

Por ejemplo Ford está estudiando la inyección de etanol en sus motores Ecoboost que aportaría una importante mejora en eficiencia y rebajaría el consumo de carburante. Por otro camino diferente va una empresa argentina llamada Fioramonti que opta por la hidroinyección, o inyección de agua, para facilitar la explosión dentro del cilindro. Las ventajas que muestra este sistema van más allá del simple ahorro en combustible pues aumenta la potencia, se libera menos contaminantes (CO2 y óxidos de nitrógeno) y se elimina parcialmente el repiqueteo clásico de los pistones (perfectamente audible en los motores diésel).


¿Cómo funciona este invento que tan buenas ventajas parece tener? Exactamente se basa en la inyección de dósis mínimas de agua destilada justo antes del momento de la explosión. Con el calor de la explosión, que habitualmente se pierde, se disocia cada molécula de agua obteniendo oxígeno y hidrógeno. A su vez estas dos moléculas “vitales” forman parte de la nueva reacción de combustión acelerándola y mejorando su eficiencia. El agua se inyecta en minúsculas gotas y pasa varios filtros para que sea lo más pura posible.

Este sistema hidroinyector ha sido probado con motores gasolina, diésel, biodiésel, GNC (gas natural comprimido) y GPL (gas de petróleo licuado) con mejoras diferentes. Según sus creadores la potencia final puede incrementarse hasta un 10 % y su disminución de consumo alcanzar entre el 15 y el 25 % según el tipo de vehículo. El desgaste del motor es también un factor que disminuye por lo que el ciclo de vida de los bloques hidroinyectados es mayor.

Lo cierto es que el uso de la inyección del agua no es una novedad, pues ya se utilizaba desde los años 20 del siglo pasado para refrigerar los motores de los aviones que tenían cierta tendencia al sobrecalentamiento. La creación de esta marca argentina está pendiente de patente en Estados Unidos y podría ser que otras grandes marcas la tuvieran en cuenta para sus modelos menos contaminantes.

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