domingo, 29 de marzo de 2009

Piloto británico rompe el récord de velocidad para vehículos impulsados por el viento



Mucho se habla últimamente de turbos, inyección directa y sistemas de acumulación de energía, ¿pero qué te parecería circular a más de 200 km/h sin más impulso que el proporcionado por Eolo? Richard Jenkins, un ingeniero de Lymington, Inglaterra, ha logrado eso y un poco más, consiguiendo un nuevo récord de velocidad para vehículos terrestres movidos por el viento. Para ello, Jenkins moldeó durante toda una década su particular Greenbird, construido casi íntegramente en fibra de vidrio con el patrocinio de Ecotricity, una compañía de energía eólica que también anda metida en el desarrollo de un Lotus a baterías.

Sobre el lecho del Lago Ivanpah, en Nevada, Jenkins logró una velocidad punta de 202,9 km/h, rompiendo el anterior récord conseguido por el estadounidense Bob Schumacher, quien logró 186 km/h en 1999. Su hazaña fue, literal y figuramente, sobre ruedas. En palabras del propio piloto, "las cosas no podían haber ido mejor".

Ahora que Jenkins ha conseguido romper el récord para vehículos terrestres, piensa batir la misma marca sobre el hielo. Pensando en su propio desafío, ya se ha embarcado en la creación de un segundo Greenbird, especialmente modificado con cuchillas en vez de ruedas y una disposición simétrica multibrazo. Su propósito, además de seguir llenando espacio en el libro de los Guiness, será comprobar sobre qué superficie se puede correr más rápido.

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