Históricamente en el mundo de los automóviles tenemos un derby que se viene disputando y en el que no hay un claro ganador. Como si fuera un Madrid – Barcelona, está el Diesel vs Gasolineros. Los que prefieren a los primeros destacan su bajo coste a la hora de llenar el tanque y la durabilidad de los motores. Los que eligen a los segundos destacan su potencia y fuerza. Hasta que se desarrolló algo revolucionario en la industria automotriz…
Se trata del Common Rail, un sistema de inyección para motores diesel que comenzó a trabajar la Fiat hace un tiempo y que luego cedió a la alemana Bosch.
El Common Rail genera que la presión constante de los inyectores de combustible sea de 1350 bar así se mejora la combustión y la emisión de humo cae considerablemente.
Si bien actualmente viene de fábrica en los coches nuevos, el sistema Common Rail puede ser integrado con facilidad a cualquier motor diesel.
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