domingo, 31 de mayo de 2009

Investigadores responden a la eterna pregunta: ¿Qué es peor, conducir borracho o fumado?



Si bebes, no conduzcas. Es un antiguo slogan tan vigente hoy en día como cuando se acuñó, y no parece que vayamos a encontrar a nadie en su sano juicio capaz de defender lo contrario. Por desgracia, igual que hay irresponsables que dicen que "por un par de copas no pasa nada", también los tenemos dispuestos a meterse un par de porros y ponerse al volante en pleno proceso de cocción. Y ni lo uno, no lo otro. Aunque es cierto que alcohol y THC afectan al cuerpo de manera distinta.

Un estudio realizado en la Universidad Ben Gurion (Israel), ha buscado la respuesta a la pregunta de si es peor conducir borracho o fumado. Para ello, los investigadores del centro escogieron 14 estudiantes y los puso frente a un simulador de conducción con una pantalla envolvente. No hubo necesidad de promocionar el estudio, por cierto; tan pronto como se corrió la voz de que el centro ofrecía gratis alcohol y marihuana, los voluntarios comenzaron a apiñarse en las puertas.

Una vez seleccionados, los 14 estudiantes, todos ellos consumidores de marihuana con fines recreativos, fueron separados en tres grupos. El primero recibió porros, el segundo una combinación de vodka con naranja hasta llegar al límite legal en Israel (0,5% de alcohol en sangre), y el tercero un placebo. A continuación, todos fueron sentados en el simulador para comprobar su conducción en poblaciones rurales y desiertos.

¿El resultado? Ninguno de los conductores que habían consumido alcohol o marihuana estaban en condiciones de conducir. Ambos tendían a cambiar de carril, pegar volantazos, y en general, conducir erráticamente. Ahora bien, la actitud en ambos grupos era distinta. Así como los bebedores tendían a circular a mayor velocidad y se sentían más seguros, los estudiantes bajo los efectos del THC iban "significativamente más despacio" al ser más conscientes de su estado. Esto, sin embargo, no significa que sean buenos conductores, y es que por más que se trata de compensar los efectos de la marihuana conduciendo a menor velocidad, sigue existiendo una cierta desconexión que podría resultar en accidente.

Con esta duda (que no era tal) resulta, los investigadores de la Universidad se centrarán ahora en estudiar los patrones de impacto de ambos grupos, pero también, en los efectos del consumo de las bebidas estimulantes mezcladas con alcohol. ¿Se puede compensar con la cafeína de un Red Bull el whisky de un combinado? Diríamos que ya conocemos la respuesta, pero esperaremos a los resultados oficiales.

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