La marca que comenzó Adam Opel en 1862, y que empezó a fabricar automóviles en 1899, pertenece a General Motors desde 1929. Como bien sabéis, el gigante automovilístico global con sede en Detroit afronta serias dificultades para salir a flote, podría acogerse a una suspensión de pagos la semana que viene.
Para garantizar el funcionamiento normal de la marca del rayo, importantísima para la economía de Alemania, se ha puesto la empresa bajo la protección del gobierno alemán a través de una empresa fiduciaria. Esto significa que inversores privados pueden empezar a inyectar capital al margen de GM, que de momento es propietaria al 100%.
Ahora las patentes industriales y los activos (fábricas, centros de trabajo, etc) están salvaguardados de lo que pueda pasar en Estados Unidos. De esta forma el futuro de Adam Opel GmbH es más sólido que si dependiera en exclusiva del futuro de GM, al borde de la quiebra controlada si no llega a un acuerdo con sus acreedores.
Diversos son los interesados en hacerse con la gran marca europea. Entre los pujantes tenemos a Fiat, Magna Internacional, el fondo de inversiones RHJ y BAIC. Estas siglas deberían causar auténtico pánico entre nosotros, pues significan “Corporación industrial automovilística de Pekín” (China).
La oferta más interesante para los europeos pasaría por Fiat, ya que se formaría una triple alianza con Chrysler, a la que habría que sumar las distintas marcas de los dos grandes grupos, que incluyen Alfa Romeo, Dodge, Ferrari, Jeep, Lancia, etc. Los intereses chinos van por convertir a Opel en una marca global, pero no se sabe con qué tecnología.
De momento la marca continuará funcionando normalmente con sus compromisos de garantías, recambios, postventa, etc. En cuanto al futuro de la planta zaragozana de Figueruelas, tiene mucho que ver con el acuerdo que se alcance con el inversor que se haga con el control de la compañía.
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