viernes, 22 de mayo de 2009

Mitsubishi Lancer Evo (Primera parte)



Me gustaría habla acerca de uno de mis coches favoritos, un coche con carácter, con carisma, de esos que marcaron una época, coches que los niños (y no tan niños) soñábamos conducir, coches que, cuando vemos alguno por la calle, no podemos evitar esbozar una sonrisa casi infantil, y, en definitiva, coches que no se hacían como los de ahora…

Al igual que su principal rival, el Subaru Impreza, el Evo surgió en 1992, pensado para competir en el Campeonato Mundial de Rally, para ello su primera Evolución montaba un motor de 2 litros DOHC (doble árbol de levas en cabeza), 24 válvulas y 6 cilindros, perteneciente a su predecesor, el Galant VR-4. Ésto dotaba al Lancer Evo I de unos 250CV a 6000 rpm. Esta primera evolución no se distinguía en demasiados aspectos del resto de sus competidores, y habría que esperar 4 años para que, estando Tommi Mäkinen al volante, el Evo comenzara a cosechar éxitos.

Mientras que las evoluciones 2 y 3 no aportaron demasiado, además de algunas mejoras en el manejo y en la potencia, fué la cuarta evolución la que introdujo cambios radicales en el diseño. Para empezar, el conjunto del motor se giró 180º para mejorar el reparto de pesos, además se incluyó un turbocompresor doble que dotaba al Evo IV de 280 CV a 6500 rpm. El Evo IV fué el primer coche de calle que incluyó el sistema AYC, que no era otra cosa que un diferencial trasero activo, el cual ayuda a mejorar el comportamiento del coche. El resto, a parte de un cambio drástico del diseño exterior, fueron mejoras menores.



En 1998, con dos capeonatos del WRC a sus espaldas, Mitsubishi decide permitir a los europeos disfrutar del nuevo Lancer Evo V, una revisión del anterior con pequeñas variaciones en el motor, como la disminución del tamaño y peso de los pistones, además de incluir mejores inyectores y un turbocompresor, que aunque mantenia los 280 CV (debido a la normativa japonesa), conseguía darle un torque mucho mayor. Éste fué el primer Evo que llegó a España, provocando un tremendo revuelo entre la prensa especializada, ya que superó con creces todo lo que se esperaba de él.

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