
Si no has estado en coma el último mes, ya estarás más que al tanto de lo que se viene cociendo con respecto a Opel. Las dos únicas ofertas serias que hay ahora mismo sobre la mesa son la de Fiat, y la de Magna en asociación con el fabricante ruso GAZ. Los italianos ya han planteado varios de sus puntos de trabajo, que incluyen cierre de plantas y despido de personal en Alemania.
Esto vendría dado por la necesidad de reducir la infraestructura asociada a la casa del rayo, pues en su estado actual tiene un exceso de medios productivos. A lo dicho podríamos añadir que, si se integra en esta gran corporación, el uso de plataformas y modelos comunes haría que sobraran fábricas de motores, por no mencionar los inevitables despidos en la industria auxiliar.
Este parece ser el punto más débil de la propuesta de Fiat, y es que siendo el gobierno alemán el que ha de tomar la decisión de quién se queda con Opel (a través de decidir a quién apoya con ayudas económicas para sacar adelante el proyecto), no le parece nada bien ver cómo se clausuran plantas productivas en su propio territorio.
Y es ahí donde Magna tiene su juego. Asociada con GAZ, Magna no quiere cerrar ninguna fábrica en Alemania (podría cerrar las de Bélgica o Reino Unido) y para cubrir la capacidad sobrante de producción, plantea fabricar coches para otras marcas, como podrían ser Ford o PSA. No hemos de olvidar que Magna es especialista en fabricar piezas y componentes para otras marcas, por lo que su capacidad de negociación al respecto está más que probada. Su problemática viene de que el gobierno alemán no quiere vender la marca a un conglomerado de sociedades, ya que prefiere un único comprador con el que trabajar.
Poco a poco se va acercando el final del mes, así que pronto sabremos la decisión final a toda esta novela. ¿Apuestas por quién será el nuevo dueño de Opel?
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