viernes, 22 de mayo de 2009
Mitsubishi Lancer Evo (Segunda parte)
A lo largo de este post continuaremos repasando la historia de uno de los mayores emblemas del mundo de las cuatro ruedas. En esta segunda parte asistiremos al apogeo de su éxito, con un coche casi perfecto que volaba de los concesionarios.
Fue en Enero de 1999 cuando, tras ganar su tercer campeonato, Mitsubishi presentó la sexta evolución del Lancer, mejorando lo inmejorable, se perfeccionó la aerodinámica, se emplearon pistones más ligeros, y se mejoró el sistema de turbo, manteniendo la potencia en 280CV, pero aumentando el par hasta 372 NM a 3000rpm.
Hubo que esperar 3 años más para poder asistir al renacimiento del Lancer, con la séptima evolución se creó un coche totalmente diferente del original, con muchas mejoras bajo el capó, entre ellas, un turbo de aleación de níquel, un intercooler más grande y un sistema de escape rediseñado.
Pero lo que realmente diferenciaba al Evo VII de los anteriores modelos era el diferencial torsen que montaba en el eje delantero, así como el ACD (autoblocante central activo) que permitía variar la repartición del par entre el eje delantero y el trasero, de esta manera el conductor podía elegir diferentes configuraciones del ACD en función del estado de la carretera.
En 2003 se lanzó al mercado el Lancer Evo VIII, mostrando un diseño menos agresivo, que no acabó de convencer a todos, a pesar de ello, las unidades puestas a la venta en España se agotaron en menos de un mes.
El Evo VIII volvía a darle un giro más de tuerca a un coche excepcional, el nuevo diseño del capó mejoraba la entrada de aire en el motor en un 25%, además el par se aumentó de nuevo hasta los 420 NM. Su principal novedad fue un diferencial trasero AYC de tercera generación, denominado Súper AYC, que permitía un paso por curva 15 Km/h más rápido que en el anterior modelo.
El Evo VIII es considerado por muchos la mejor de todas las evoluciones… ahí es nada.
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