viernes, 1 de mayo de 2009

Akrapovič, el sonido del arte

Para muchos, Akrapovič (pronúnciese Ack-rap’-o-vich) es un apellido eslavo que no significa demasiado. Para los aficionados al motor, y más concretamente al mundo de las dos ruedas, este apellido dice muchísimas cosas. Quizás estemos ante uno de los mejores fabricantes de sistemas de escape del planeta.



Dicen, de sus soldaduras, que son auténticas obras de arte (tanto que algún fotógrafo ya las ha retratado, inmortalizándolas) y, de su sonido, que no deja indiferente a nadie. Aunque quizás el mayor éxito de Ígor Akrapovič haya sido lograr tanto prestigio en tan sólo dos décadas, tiempo en el que otros son incapaces de ver ninguna luz.

En menos de veinte años Igor Akrapovič ha pasado de una pequeña tienda-taller con seis empleados, a los más de 13.000 metros cuadrados de instalaciones y 450 empleados. De Ivančna Gorica al reconocimiento mundial. Una cronología más que excitante. Y el porqué de todo esto es sencillo. Cansado de que en el mercado no hubiera productos de alta calidad, Akrapovič decidió que era el momento de dar un paso adelante.



Bajo el nombre de Skorpion (Akrap es escorpión en turco), los escapes eslovenos dieron sus primeros resultados en 1993, apenas tres años después de su creación. Akrapovič invitó a la filial alemana de Kawasaki a probar sus modelos y, a pesar de que éstos no habían sido diseñados para el modelo utilizado, los resultados dictaron sentencia. Poco tiempo después, los cinco grandes del Pro Superbike Championship (Kawasaki, Honda, Suziki, Yamaha y Ducati) comenzaron a utilizar sus escapes.



Llegados a ese punto, tocaría esperar para saborear las mieles del éxito, y también cambiar de nombre. La victoria llegaría a Kawasaki de manos del piloto de Akira Yanagawa. Por otro lado, problemas con los copyrights de Skorpion (que levante la mano alguien que no conozca otra marca de cualquier cosa con este mismo nombre) impulsaron a buscar un nuevo nombre. La respuesta estaba en casa: Akrapovič, un nombre original y exótico, pero sobre todo único y reconocible.

Ya bajo la denominación de Akrapovič, comenzaría la época del dominio de los escapes eslovenos en el mundo de las superbikes. En el año 2000, todos y cada uno de los equipos de fábrica japoneses del mundial equipaban sus sistemas de escape. En este mismo año Colin Edwards y Honda le dieron su primer título mundial. Eso sí, todos y cada uno de los escapes de competición eran fabricados al 100% en su nueva fábrica.



El éxito llegó de la mano del trabajo y la innovación. Del tubo de acero, se pasó al de acero inoxidable y, a partir de ahí, llegaron materiales más avanzados como el titanio o la fibra de carbono. El titanio utilizado por Akrapovič tiene su propia fórmula y está desarrollada en exclusiva desde Japón. Y, si los materiales son de última generación, también los es suproceso de conformado. El plegado de tubos se realiza mediante hidroconformado: un proceso que permite dar forma al metal mediante agua a presión. Usando este proceso se puede mantener la sección del tubo y se consigue curvar el material para que los gases fluyan de la mejor forma posible. Una mezcla perfecta entre eficacia y ligereza.





¿Y qué hace uno de los mejores fabricantes mundiales de escapes cuando se llega a lo más alto? Dar otro pasito más y poner sus ojos en el mercado de las cuatro ruedas. Pero claro, una vez arriba también se intenta aspirar a seguir en la élite. Actualmente Akrapovič ofrece sistemas de escape para una pequeña lista de fabricantes, tan pequeña que sólo cuenta con BMW y Porsche en su catálogo. En BMW, los agraciados son las tres versiones del último M3 (E90, E91, E92) y dos del M6 (E63, E64). En Porsche, la gama se amplía, Porsche 997 Turbo, Porsche GT3, GT3 RS y GT2, aunque en el caso de este último no se trata a de una opción sino de un elemento de serie.



En 2008 Akrapovič consigue su primera victoria en la competición automovilísitca con un Porsche 911 GT3 RSR en las 24 horas de Nürburgring. Su primera victoria oficial, puesto que desde 2004 colabora de manera discreta con un equipo de F1. No sabemos a ciencia cierta cual es este equipo. Dado que la firma eslava reduce su oferta de escapes para coches de calle a BMW y Porsche, desde 8000vueltas apostamos por BMW (Porsche no compite en la F1 últimamente).



Pero qué sería de esta historia sin aportar nuestros queridos datos, porque de nada sirve un bonito sonido si sólo se usa para hacerse oir. Los sistemas de escape Akrapovič son una pequeña pero sorprendente cura de adelgazamiento para los deportivos que lo montan. El último M3 pierde 24 kilos de grasa gracias a los nuevos escapes, cumpliendo así esa máxima de quítame un kilo y no me des un caballo. Pero si eres de los que prefieres más potencia también la tendrás, 24 caballos más. Con el motor atrás y un compacto cuerpo de escape de dimensiones mucho menores también consigue ahorrar: 14 kilogramos, y ganar: 29 caballos, hablamos del 997 Turbo. ¿Qué más se puede pedir?

Pues, por ejemplo, escuchar un GT2 en directo y tratar de saber lo poco que han tenido que hacer en Porsche para llegar a los 530 caballos. Si el 997 Turbo con escape Akrapovic llega a los 509 caballos… poca cosa habrán tenido que hacer para sacar los 21 caballos extra que tiene éste.



Extra Lap

Por el momento, podemos escuchar cómo suenan las criaturas que montan estas joyas de titanio.

GT2



GT3



M3



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